Mensajes de diversas orígenes
viernes, 26 de septiembre de 2025
Mi Corazón Traspasado Necesita Tanto Tus Sacrificios. Mi Corazón Doliente Te Pide Consuelo
Mensaje de Nuestra Señora de la Reparación a Enrique del Orden Romano María Reina de Francia el 15 de septiembre de 2025, Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Nuestra Señora: ¡Alabado sea Mi Hijo Jesús!
Enrique: ¡Sea alabado por siempre!
Cuando comenzamos a recitar la pequeña corona de reparación, apareció una custodia sobre una nube con el Santísimo Sacramento; había un ángel arrodillado con un incensario y otro ángel arrodillado con un candelabro. Canté el Tantum Ergo y continué con la pequeña corona. Rayos salieron del Santísimo Sacramento.
Se manifestó una Luz, desapareció el Santísimo Sacramento y vino la Virgen Bendita. Su Corazón estaba expuesto en su manto con siete espadas de plata traspasando ese Corazón.
Nuestra Señora: Mis queridos hijos, no sois árboles estériles para ser cortados ni flores sin fruto. ¿Sentís la tormenta innombrable que viene a golpear al mundo?
Incredulidad, concesiones y falsedades. Los sacrificios han perdido su valor, considerados anticuados, inútiles e infundados. Mi Corazón traspasado necesita tanto vuestros sacrificios. Mis Mensajes siguen siendo objeto de escarnio. Mi Corazón doliente os pide consuelo. Este es el momento decisivo para la Santísima Iglesia y para la generación presente. He venido del Cielo a prepararos para las dificultades que se avecinan. Hijo mío, advierte a los pueblos de Europa. Europa debe estar vigilante. Un río está a punto de desbordarse. La reparación por la cual he venido a pedir callará el ruido de las armas.
Hubo un tiempo, hijos míos, en que no hubo lugar para Mi Hijo Jesús. Ese momento del Adviento no fue acogido. Un nuevo Adviento ha florecido. Yo, la Virgen de la Reparación, la Madre de los Dolores, deseo entrar en vuestros hogares. Abrid las puertas de vuestras casas. Ayudadme a recuperar corazones. Al dar un lugar en vuestro hogar a Mi Imagen, ayudaréis a restablecer Mi Reinado en todas las naciones. Como Madre y Mediadora entre Mi Hijo Jesús y vosotros, me ha sido encomendada la gran potestad de vencer al ejército del mal.
Apareció un ángel junto a Nuestra Señora con una cadena compuesta por eslabones de diversos colores plateados. Otro ángel apareció con una bandeja que contenía piedras de todos los colores. Los dos ángeles extendieron hacia Nuestra Señora lo que llevaban en sus manos.
La Virgen Bendita tomó la cadena con Su mano izquierda y, con Su mano derecha, cogió las piedras una a una y las colocó en los eslabones.
Nuestra Señora: Mis hijos, permitid que en vuestros corazones fríos y desapegados encienda la Llama de la Oración con la cual podré formar esta Cadena que limita la acción belicosa del mal.
Es la cadena con la que ataré al Gran Dragón. Ayudad, Pueblo de Europa, a la Virgen de Reparación para hacer vana la actividad del maligno.
Me habéis honrado durante esta octava de oraciones; no os dejéis dispersar como polvo en el viento por la Tormenta.
Henri: ¡Ay de Inglaterra! ¿Por qué, Madre, ay de Inglaterra?
Nuestra Señora: Levantad vuestros rosarios, estos objetos de devoción. No sois gente sin propósito; sois Mis hijos a quienes aprecio. A través de Mi Corazón traspasado, daréis más fuerza a la difusión del Bien. Grabad en vosotros sentimientos verdaderos de Amor. Estad en Paz con vosotros mismos y los unos con los otros. Mostrad la dulzura de la Virgen de Reparación que está encerrada en vuestros corazones.
Hija mía, raros son aquellos que ofrecen sacrificios de Reparación y Oración para consolar Mi Corazón Doloroso traspasado por el dolor. La conciencia cristiana está sacudida. Gran violencia ensangrentará toda Europa. Usaréis esta Llave.
Mis hijos, os doy las gracias por acompañarme durante esta octava. Los cristianos se sentirán cansados de la lucha; sin embargo, con el Llamamiento que os he dado, encontraréis el valor para continuar la batalla. Os insto a seguir elevando más alto el Estandarte que cierra una década y os prepara para una Era de Paz. Cada oración que recitéis conmigo tiene el efecto de rescatar almas de las consecuencias de la Tormenta. Esta octava fue la señal de un inmenso Amor que debe ser correspondido: Oraciones y Reparaciones.
De Mi Corazón Inmaculado surge un grito por la Paz; amplificadlo! Es el momento decisivo en la Historia. ¡Id! Levantad, Mis hijos! No os abandonaré. Si confiáis en Mis Palabras, haced lo que os he pedido.
El ángel que sostenía la cadena gritó tres veces: “¡Ay de Europa!” El ángel que sostenía el plato con las piedras gritó tres veces: “¡Ay de Inglaterra!” La Virgen Bendita unió Sus manos. Bajo la nube donde estaba la Virgen Bendita, apareció una hoja de papel blanco. Vi un símbolo. La Virgen Bendita comenzó a derramar lágrimas que cayeron sobre el papel.
Henri: Sí, Madre, lo diré al final.
La Virgen Bendita vuelve Su cabeza hacia el Este. Su mirada, inquieta, con lágrimas aún en Sus ojos, contempla la distancia.
Henri: Santísima Madre, no nos dejes perder nuestro camino. No permitas que nos apartemos de Ti.
Nuestra Señora: La hora de Mi partida se acerca. Ya no mantengan sus corazones cerrados. Es necesario difundir ampliamente Mi Imagen antes de que suene la hora. Los que han sido sanados y los que se han convertido: den testimonio. Amen a mi Corazón Doloroso y oren por Él.
Arrodíllense e inclinen sus cabezas.
Te doy gracias por responder a Mi Llamada. ¡Nos vemos muy pronto!
Henri: No nos dejes en este valle de lágrimas; acuérdate de nosotros. Sí, no debo entristecerme. Sé que estás conmigo. Nos vemos pronto, te amo, te amo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
[Traducción al portugués por Teixeira Nihil]
Fuentes:
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